lunes, 17 de octubre de 2016

Grandes desafíos




Hacerse mayor es más fácil de lo que pensamos cuando aún lo vemos lejos, el tiempo nos enseña que cada vez quedan menos opciones, que en cada cana muere una oportunidad, pero a medida que crecemos vamos perdiendo el miedo y el apuro, quizás con el egreso encima y una incipiente entrada al mundo laboral debería estar mucho mas emocionado de lo que parezco, sin embargo esto no termina de llenarme, imagino que algo debe de faltar, algo que en estos cortos 23 años me cuesta bastante descifrar y probablemente demore unos 30 años más en hacerlo, tal vez es porque nunca he querido lo que todos quieren, y no es que no me parezca la raja la idea de una vida en familia o de adulto responsable (asumiendo que en un contexto como el mío es una idea más o menos lejana) si no que los pro y los contra de la vida adulta que siento que de a poco llega, terminan más por angustiarme que aliviarme, siendo la incertidumbre del día a día el peor contra de todos, un contra con una de esas acotaciones al margen donde dice entre paréntesis "película de terror".


Quizá lo que debemos hacer es  hacerle frente a todas esas cosas, por qué de no ser así ¿qué sentido tendría superarse? después de todo somos nosotros quienes recorremos los diferentes caminos de nuestro destino, caminos llenos de vueltas, giros y curvas, caminos que muchas veces nos aterran, por lo que debemos recordar que el miedo es como la naturaleza, no podemos des hacernos de el, pero si atravesarlo.

Al fin y al cabo todos esos desafíos que van apareciendo en nuestras vidas se transforman en responsabilidad, responsabilidad que para muchos llega de distintas maneras, es como ese invitado al que le das la bienvenida pero luego ya no puedes librarte ¿es qué no está permitido rendirse de vez en cuando? ¿es qué no se puede decir; "esto me está agotando así que voy a dejar de intentarlo"? parece un precedente peligroso, de evitar el dolor, de evitar la vida.







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